lunes, 9 de diciembre de 2019

Juzgado de guardia

Flor seca,de Graziella Moreno, es una novela que tiene una gran cantidad de ingredientes. Empieza con una muerte de una mujer cubierta de pétalos en la cocina de un guardia civil, la chica tiene la cara desfigura, las huellas dactilares arrancadas y una gran destrozo en su cuerpo. El guardia civil es investigado, porque en un primer momento se cree que puede ser su mujer. 
Empieza la investigación que acabará por descubrir a varios policías corruptos. Una investigación que lleva en secreto Enda Rivas, por que no se sabe de quien se pueden fiar.
Sofía, la juez instructora del caso, llega incluso a no fiarse de Rivas, porque parece que empiezan una relación pero él siempre da pasos atrás. A la vez, la juez va tratando otros casos que van llegando a su juzgado, con guardias interminables, que hacen que se replantee un cambiar de destino.
Hay maltrato entre una pareja de italianos que son más que conocidos en el juzgado, pero en la que la mujer siempre perdona al marido, así como otros casos menores.
Entiendo que Sofía Valle, una “alter ego de la autora por su trabajo como juez.
La novela habla de las tentaciones, las cárceles del alma y la fragilidad humana. Los personajes son personas normales, a parte de sus profesiones. Hace gracia el forense que es un plasta, siempre hay algún plasta en todos los trabajos.
La recomiendo, porque es una novela con una buena trama, un buen desarrollo y un final ajustado. La lectura es fluida, entretenida y ofrece sorpresas y giros más o menos inesperados.

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