
Pero las cosas nunca son lo que parecen y aquella familia que había idealizado de niño y de adolescente se desintegra. Después de lo que dice que fue el “Drama” es cuando se decide a escribir la historia.
El
presente y el pasado se van intercalando y son los dos muy interesantes.
Es
un libro, que aunque su extensión (717 páginas) te impulsa a seguir
leyendo. Joël Dicker ya me impresionó con La verdad sobre el caso de Harry Quebert y ahora lo ha vuelto a hacer.
¡Una
lectura más que recomendable!
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