La mujer que no sabía llorarde Gaspar Hernández, trata de como una mujer no siente nada, ni rabia, ni miedo, ni tristeza y nunca lloró. Todo por lo que su madre hizo de ella, una mujer masculinizada, para no hacerle sombra a ella.
El narrador es un chico, ahora ya adulto, que conoció y tuvo unos breves encuentros sexuales con esta mujer. Ella, la primera sexóloga reconocida, que hablada de sexo sin tabús y que los practicaba de forma tapujos, sexo por sexo, sin sentimientos por medio. Hasta que con el narrador, después del sexo llora.
Eso lo desconcierta y más aún cuando su marido quiere hablar con él para que no la deje, porque es el único que de momento le ha hecho llorar.
Se reencuentran años más tarde y ella ha cambiado, ahora se ha feminizado y socializa como nunca antes lo había hecho.
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