Está protagonizada, como siempre, por el detective Patrick Hedström y su mujer, la escritora de novelas criminales, Erika Falck.
La obra empieza con la desaparición de una niña de 4 años, como ya pasó 30 años antes con otra niña de 4 años en la misma granja. A la vez, hay un relato del siglo XVII, de cuando los vecinos acusaban a otras mujeres de ser brujas.
Trabaja las tres tramas en líneas temporales y consigue unirlas de forma sorprendente y no diré nada más, por que creo que es necesario leer esta novela. Da igual si no has leído ningún otro libro más de la autora.
Altamente recomendable.
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